martes, 4 de noviembre de 2008

El Estado Chileno en Pañales. Nuestra Explicación


Luego del proceso de separación o independencia política entre América y la Corona española a principios del siglo XIX, la mayoría de los territorios del nuevo mundo se encontraron sumidos en un periodo de inestabilidad sociopolítico, llamado por muchos como “anarquía” que abrió la puerta a la intervención extranjera y a la propia iniciativa local en ordenar sus territorios.
El caso chileno es singular, y la construcción del Estado fue un proceso poco común en Hispanoamérica. Luego de varios intentos constitucionalistas, se impone en 1833 un modelo de gobierno impersonal atribuido a Diego Portales y otros factores, durante estos años podemos decir que el Estado chileno nacía y se mantenía cubierto por suaves pañales que en ese entonces propiciaron un relativo clima de estabilidad en el territorio. Los padres y protectores de este recién nacido (el Estado) era la élite criolla, que desde la independencia había logrado mantenerse cohesionada y con abundantes riquezas. De esta manera el bebé nacional abrió nuevas perspectivas para Chile y gracias a su estabilidad pudo expandirse a los desiertos del norte, dominar al mapuche y llegar a las islas del sur. Incluso una posesión en la Polinesia, la isla de Pascua, es un testigo de este empuje surgido en la república.
Es por esto que llamamos a la época más incipiente del Estado de este modo “En pañales”, puesto que con el tiempo creció, asumió otras responsabilidades, le sucedieron algunos cambios, y se consolidó como un adulto aún vivo en Chile, el día de su muerte es una incertidumbre; pero claro, eso es otra Historia.

Fuente: Sepúlveda, Alberto (1985) “La formación del Estado nacional en Chile” Quinto Centenario 7, Universidad Complutense de Madrid, España.
Leer más...

Conceptualización del Estado

En palabras simples, el Estado emerge en las sociedades antiguas para hacer frente a los problemas de regulación y organización de la población, de los recursos y de los medios de producción. Avanzado el tiempo y la nula presencia de este en la Edad Media, podemos afirmar que el Estado es un fenómeno histórico que se da con fuerza en el desarrollo de la sociedad moderna, especialmente en el siglo XVIII y XIX. En estos años la sociedad se complejiza por el avance del sistema capitalista, y el Estado viene a ser la forma en la cual el Capitalismo le concede viabilidad a su proyecto, por lo tanto corresponde a su expresión política dominado por la clase burguesa que mediante sus mecanismos de control puede ordenar la sociedad de acuerdo a los requerimientos del modelo. Finalmente, el Estado impulsa la economía y la industria, dependiendo de la orientación ideológica. Para Marx, el Estado es el instrumento que utiliza la burguesía para dinamizar el Capitalismo y dominar al pueblo.

Dos teorías sobre el Estado

1.- El Estado se construye desde un grupo pequeño denominado élite que tiene un proyecto basado en sus intereses. Por lo tanto su formación es excluyente y de clase: la Burguesía, que luego de consolidarse a sí misma traspasa su programa a los demás grupos sociales.


2.- El Estado s
e crea desde las cúpulas y los sectores subalternos mediante alianzas que permiten alcanzar cotas de poder, concedidas por la élite para ampliar la base social del Estado (un partidario de esta postura es Poulantzas).

Ambas posiciones consideran la paulatina inclusión de la sociedad en el proyecto del Estado, sin necesariamente otorgar una participación real en él.


Fuente: Jorge Pinto (2008) Contenido de Clases. Estado y Nación en Chile. Universidad de la Frontera, Temuco.

El Estado para su conformación, requiere esencialmente de cuatro elementos que son: el territorio, la población, sus cuerpos legales y el aparato burocrático – militar, el cual vela por el cumplimiento de los cuerpos legales. Otro aspecto importante, es la condición, la cual exige sujetos leales, obedientes e incluidos en el proyecto de Estado de los grupos que dominan la política. Para lograr esta “condición”, surge de la mano con el Estado, el concepto de nación, a través del cual, los personas son capaces de admitir y aceptar la identidad social. De esta forma, el Estado para legitimarse como tal, requiere crear una nación política para ejercer dominio sobre la población, haciendo que esta última acepte sin mayores reparos que los grupos dirigentes ejercen sobre ella.

Fuente: Pinto, Jorge. La formación del Estado y la Nación y el pueblo mapuche. De la inclusión a la exclusión. Ediciones de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos. Santiago, Chile. 2003. Pág. 90 - 91
Leer más...

lunes, 3 de noviembre de 2008

El Nacimiento del Estado

La germinación del Estado chileno como un organismo vivo necesitó la integración de varios elementos, ninguno exento de dificultades para la élite gestora:

1.- El territorio
2.- La Población
3.- Cuerpos Jurídicos
4.- Aparato Burocrático- Militar

Las interrogantes con las cuales debió lidiar la oligarquía chilena para levantar al Estado fueron múltiples, algunas fueron resueltas satisfactoriamente y otras aún no son respondidas. ¿Hasta dónde llegaba el territorio chileno? ¿Quiénes serían los chilenos? ¿Cuál sería el destino de los Mapuche? ¿Qué sistema político cohesionaría a los chilenos?
A pesar de la compleja situación que tuvo que pasar la élite dirigente, distinguir si Chiloé o el despoblado de Atacama eran los límites del territorio; si acaso existirían representantes mapuches en el gobierno, o bien, que ensayo político sería el definitivo para estructurar el Estado; supieron consolidar un proyecto común que defendiera sus propios intereses y levantara económicamente a este nuevo ser humano político llamado Estado.
De esta manera, sobre la unión de los agricultores, los comerciantes y los empresarios mineros (élite) se construye el Estado chileno cuya base corresponde a esta “mesa de tres patas” que pretendía articular la economía nacional a las economías desarrolladas de Europa mediante mecanismos de control social, pues a los dirigentes les importaba mayormente una economía liberal exportadora de materias primas que se adecuaba más a la realidad chilena, pues ya exportaba minerales y productos agrícolas.

Sintetizando: Tras un diagnóstico realizado por los dirigentes chilenos a finales del siglo XVIII y con un proyecto país en común que se traspasa al agregado social o grupos subalternos -personas no pertenecientes a la élite, que no tiene ni un proyecto ni acceso al poder- se da inicio a la primera etapa del Estado y de inmediato a la Nación que hizo posible la coherencia de la población mediante mecanismos represivos y de control social. Sin duda, la percepción de una sociedad de pocas luces y de poca intelectualidad arrastró en primera instancia a la formación de un Estado conservador, fuerte y autoritario.
El progreso de Chile fue producto de su estabilidad política representada por el Estado y la confianza en el modelo económico de crecimiento hacia fuera.
Leer más...

Alcance sobre la Nación

Lo primero es afirmar que si la élite no hubiese construido la Nación, se le hubiese derrumbado el Estado. Entonces, para estos fines se necesitaron dos roles: 1.- Los gestores: constructores de la nación política 2.- El agregado social: constituido por quienes sienten la identidad nacional, por la presencia de factores simbólicos, míticos, etc. De este modo se forma la nación cultural chilena que pertenece a la comunidad, cuyas implicancias se relacionan con el sentido de pertenencia mediante el territorio, el pasado común y las prácticas sociales. Con el proyecto de la élite del siglo XIX se consiguieron individuos leales, obedientes e incluidos. El ideal de los grupos dirigentes fue posible entre otros factores, porque estos no se alejaron del pueblo, pudiendo traspasar sus aspiraciones; ejercieron un control presencial ya sea en la hacienda o la mina, y además convencieron de la predestinación a gobernar. Otro de los factores vitales fue la educación que le cooperó al Estado a forjar una identidad nacional y un sentido de nacionalidad. Los procesos de construcción del Estado y la Nación en nuestro país, se iniciaron tan pronto concluyó la independencia. Los grupos dirigentes comprendieron que la creación del Estado era fundamental para darle forma y sacar adelante sus proyectos tanto políticos como económicos. Asimismo, sobre la base de esos proyectos se iniciaría también el proceso de construcción de la nación. Con prontitud se percibió que el Estado era fundamental para resolver, al menos, dos cuestiones básicas. En primer lugar, articular nuestra economía a los circuitos más activos del capitalismo decimonónico y, en segundo lugar, establecer algunos principios de intervención y control sobre la población para facilitar esa articulación. Según el diagnóstico del país en la época, Chile contaba con muchos recursos, por tanto, se habló de su naturaleza fecunda. No obstante, no se estimó lo mismo de su población. Entonces, entre las soluciones que surgieron, se encontraron las de concentrar el poder a través de un gobierno unitario y centralizado; poder desarrollarnos con proyectos propios e individualistas, en el sentido de desestimar cualquier proyecto común en la región sudamericana; aprovechar nuestras riquezas por medio del modelo de crecimiento hacia fuera (exportaciones); utilizar la educación como la herramienta más poderosa para transformar a la sociedad, trayendo profesionales desde los mejores países de Europa (Francia, Gran Bretaña, Alemania); finalmente, había que fijar con énfasis la mirada hacia Europa, pues era el mejor modelo a seguir, a juicio de los europeizados grupos dirigentes.
Leer más...

El violento proceso de construcción del Estado-Nación en Chile

Luego de la Revolución de Independencia, se inició el proyecto republicano chileno dirigido principalmente por la elite compuesta por empresarios mineros, agricultores y comerciantes, quienes consideraron importante crear el Estado para darle forma al proyecto país y para resolver dos cuestiones principales. A saber: 1) articular la economía nacional a las economías más desarrolladas de Europa; y 2) establecer mecanismos de control para la población, acorde a ese proyecto.

Sin embargo, el trabajo fue arduo ya que se tuvo que fijar un territorio, población, cuerpo legal, formar el aparato burocrático-militar y, sobre todo adaptar los comportamientos y valores de la población a los principios de su proyecto. Lo anterior supuso no sólo formar el Estado, propiamente tal, sino la Nación (política) y, para ello se requirió un fuerte trabajo desde la perspectiva simbólica, ritual e identitaria, lo que permitió compatibilizar los elementos objetivos (vividos) con los subjetivos (imaginados) de modo de crear una conciencia nacional sólida.

En este sentido, la construcción que hizo la elite del Estado y la Nación política chilena fue, de alguna manera, un rasgo de violencia porque desde esa misma estructura política y económica en formación, no sólo excluyó a los “otros” del exterior [los países vecinos] sino también dentro del mismo territorio, despreciando a los sectores subalternos.

Dicho en otras palabras, lo que caracterizó al siglo XIX y al proyecto de construcción del Estado-nación chileno, además del intento centralizador, fue el número reducido de “ciudadanos” sobre quienes cayó la responsabilidad de darle forma al Estado y definir las políticas que permitieran garantizar el bien común.

Leer más...

Personajes relevantes de la Consolidación del Estado.


Diego Portales Palazuelos (1793 – 1837) La figura de Diego Portales, es una de las pocas que ha generado diversas interpretaciones sobre su personalidad y sobre el rol político que jugó en la constitución de la naciente república. El período de la historia de Chile llamado “portaliano”, se sitúa a partir de 1830, después de una década de ensayos constitucionales y políticos. Fue una época caracterizada por los gobiernos autoritarios que postulaban un ideario político de orden y obediencia de la sociedad civil frente a la autoridad. La actividad política estuvo centrada en las alianzas estratégicas tendientes a obtener el favor y apoyo de la aristocracia y los sectores poderoso de la iglesia católica. El carácter fuerte y el ideario autoritario que se le atribuyen a Portales, se puede ver reflejado a través del extracto de su siguiente carta: …“La Democracia, que tanto pregonan los ilusos, es un absurdo en los países como los americanos, llenos de vicios y donde los ciudadanos carecen de toda virtud, como es necesario para establecer una verdadera República. La Monarquía no es tampoco el ideal americano: salimos de una terrible para volver a otra y {qué ganamos? La República es el sistema que hay que adoptar; ¿pero sabe cómo yo la entiendo para estos países? Un Gobierno fuerte, centralizador, cuyos hombres sean verdaderos modelos de virtud y patriotismo, y así enderezar a los ciudadanos por el camino del orden y de las virtudes”...

Fuente: Lima, Marzo de 1822,
Carta a J. M. Cea.
Leer más...