Luego del proceso de separación o independencia política entre América y la Corona española a principios del siglo XIX, la mayoría de los territorios del nuevo mundo se encontraron sumidos en un periodo de inestabilidad sociopolítico, llamado por muchos como “a
narquía” que abrió la puerta a la intervención extranjera y a la propia iniciativa local en ordenar sus territorios.
El caso chileno es singular, y la construcción del Estado fue un proceso poco común en Hispanoamérica. Luego de varios intentos constitucionalistas, se impone en 1833 un modelo de gobierno impersonal atribuido a Diego Portales y otros factores, durante estos años podemos decir que el Estado chileno nacía y se mantenía cubierto por suaves pañales que en ese entonces propiciaron un relativo clima de estabilidad en el territorio. Los padres y protectores de este recién nacido (el Estado) era la élite criolla, que desde la independencia había logrado mantenerse cohesionada y con abundantes riquezas. De esta manera el bebé nacional abrió nuevas perspectivas para Chile y gracias a su estabilidad pudo expandirse a los desiertos del norte, dominar al mapuche y llegar a las islas del sur. Incluso una posesión en la Polinesia, la isla de Pascua, es un testigo de este empuje surgido en la república.
Es por esto que llamamos a la época más incipiente del Estado de este modo “En pañales”, puesto que con el tiempo creció, asumió otras responsabilidades, le sucedieron algunos cambios, y se consolidó como un adulto aún vivo en Chile, el día de su muerte es una incertidumbre; pero claro, eso es otra Historia.
Fuente: Sepúlveda, Alberto (1985) “La formación del Estado nacional en Chile” Quinto Centenario 7, Universidad Complutense de Madrid, España.

El caso chileno es singular, y la construcción del Estado fue un proceso poco común en Hispanoamérica. Luego de varios intentos constitucionalistas, se impone en 1833 un modelo de gobierno impersonal atribuido a Diego Portales y otros factores, durante estos años podemos decir que el Estado chileno nacía y se mantenía cubierto por suaves pañales que en ese entonces propiciaron un relativo clima de estabilidad en el territorio. Los padres y protectores de este recién nacido (el Estado) era la élite criolla, que desde la independencia había logrado mantenerse cohesionada y con abundantes riquezas. De esta manera el bebé nacional abrió nuevas perspectivas para Chile y gracias a su estabilidad pudo expandirse a los desiertos del norte, dominar al mapuche y llegar a las islas del sur. Incluso una posesión en la Polinesia, la isla de Pascua, es un testigo de este empuje surgido en la república.
Es por esto que llamamos a la época más incipiente del Estado de este modo “En pañales”, puesto que con el tiempo creció, asumió otras responsabilidades, le sucedieron algunos cambios, y se consolidó como un adulto aún vivo en Chile, el día de su muerte es una incertidumbre; pero claro, eso es otra Historia.
Fuente: Sepúlveda, Alberto (1985) “La formación del Estado nacional en Chile” Quinto Centenario 7, Universidad Complutense de Madrid, España.
1 comentario:
chiquillos felicidades por su blog esta bvuenisimo muy didáctico ojalá tengan una buena evaluación. carolina gonzález
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